ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR Y NUTRICIÓN

La relación entre la enfermedad cardiovascular y nutrición ha sido muy estudiada en los últimos tiempos, demostrándose claramente que la alimentación es uno de los factores principales implicados en su aparición.Las enfermedades del sistema circulatorio son la primera causa de muerte y enfermedad en el mundo desarrollado. Y según las previsiones, la cardiopatía isquémica, es decir, la angina de pecho y el infarto de miocardo, serán en el año 2020 la enfermedad que más acortará la vida por muerte o incapacidad.

A pesar de todos los avances en prevención, diagnóstico, y tratamiento en pocos años será la primera causa de mortalidad mundial.

La cardiopatía isquémica es la primera causa de muerte en varones, y la enfermedad cardiovascular la segunda, y a la inversa en las mujeres.

Ateroma: acumulación de colesterol y
materia grasa en la pared interior de una arteria

Si hablamos de enfermedad arterial coronaria, síndrome coronario agudo, enfermedades coronarias crónicas (tales como angina de pecho, insuficiencia cardiaca congestiva, arritmias ventriculares malignas y muerte súbita, isquemia silente, pacientes con procedimientos de revascularización miocárdica), enfermedad cerebro vascular (ECV), enfermedad vascular periférica, podemos decir que todas son enfermedades con un origen causante común, la aterosclerosis o aterotrombosis.

La aterosclerosis, es una enfermedad sistémica, lentamente progresiva, que afecta a distintas áreas y se presenta de distintas maneras pero con orígenes y factores de riesgo comunes. Por eso hay que prestar atención a todos aquellos que la desencadenan y la producen, y uno de ellos es una inadecuada ALIMENTACIÓN.

El vínculo entre nutrición y aterosclerosis es un tema prioritario para la prevención y el tratamiento de estas enfermedades.

La relación dieta-enfermedad cardiovascular es muy compleja.

Conviene restringir el consumo de grasas saturadas y ácidos grasos trans presentes en bollería, snacks dulces y salados, e infinidad de platos precocinados o alimentos procesados. Para ello hay que entender que la grasa vegetal no es mejor que la animal, ya que muchas grasas vegetales como la de coco, palma y palmiste, usadas frecuentemente en la actualidad, tienen más grasa saturada que las de origen animal.

El consumo de aceite de oliva virgen y pescado es muy aconsejado por su contenido en ácidos grasos monoinsaturados y ω-3, pero sustituyendo a otras grasas dañinas, no añadiéndose al consumo ya habitual de ésta, ya que la dieta española adolece de exceso de grasa.

El mantenimiento del peso y grasa corporal adecuados y el ejercicio físico practicado de forma regular son imprescindibles para la prevención de este tipo de enfermedades. El ejercicio no sólo disminuye el riesgo cardiovascular, sino que contribuye al control del peso corporal y la tensión arterial.

El consumo de sal y alcohol debe ser muy moderado, y por supuesto el hábito de fumar suprimido.

La dieta mediterránea es considerada cardiosaludable porque muchos de sus alimentos habituales son protectores por ser ricos en antioxidantes, ácidos grasos monoinsaturados, minerales y vitaminas antioxidantes, fibra e hidratos de carbono complejos.

Ser moderado en el consumo de sustancias estimulantes, llevar una alimentación equilibrada, con un aporte de vitaminas y minerales adecuado, y una ingesta regular de pescado es de ayuda en la prevención de las arritmias cardíacas que se relacionan con trastornos hidroelectrolíticos, por deficiencia de vitaminas y acción de sustancias estimulantes como café, tabaco, alcohol así como ingestas elevadas de grasas saturadas en la dieta.

La dieta adecuada debe estar presente siempre en cualquier etapa de la patología cardiovascular, haya o no tratamiento farmacológico ya que aunque la dieta no llegara a producir efectos positivos en las lipoproteínas plásmáticas (LDL-colesterol, HDL) sí que produce efectos antioxidativos y antitrombogénicos.

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